UNIVERSOS - VOLUMEN II. CAPÍTULO XVI - HAFEZ

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 CAPÍTULO XVI

HAFEZ

 

Shamseddin Mohammad (Hafez), poeta lírico, profesor y traductor persa.

Shiraz, Irán, probablemente entre 1320 y 1325; id., a finales de 1388 o principios de 1389.


      No hay mucha información sobre su vida, pero a pesar del misterio y las leyendas que la rodean, se sabe que fue poeta de la corte y místico sufí.

      Desde muy joven manejaba con fluidez el árabe y el persa, lo cual le permitió adquirir una buena educación a pesar de las dificultades surgidas de la muerte temprana de su padre. Su nombre Hafez, es un seudónimo que significa “el que sabe de memoria el Corán”, que, en su caso, había aprendido desde su adolescencia.

      Llegó a ser profesor de estudios religiosos en la Universidad de Shiraz.

      Su poesía, adornada de Romanticismo Espiritual, recrea la sensualidad de los placeres del vino y el amor en la corte de Shiraz, y consta principalmente de poemas llamados ghazal, un formato tradicional relativamente breve que Hafez desarrolló, perfeccionó y enriqueció considerablemente, y cuyos orígenes no se han podido determinar de manera fehaciente, pero es casi seguro que haya tenido origen en Arabia; de hecho, ghazal es una palabra árabe, cuya raíz significa “hacer el amor”.

      Algunos estudiosos de la poesía de Hafez comparan el ghazal con el soneto y sugieren que este pudo haber sido el resultado de la asimilación de aquel a la cultura italiana. Hay que recordar además que el siglo XIII tuvo también una influencia importante de la cultura persa en los poetas italianos.

      Hafez tenía alrededor de 33 años cuando fue retirado de su cargo de profesor de estudios coránicos, y por esa época empezó a escribir poemas de protesta.

      En 1410, unos veinte años después de la muerte del poeta, su obra de más de 500 poemas caracterizados por un lenguaje llano, pero de elevado lirismo, fue editada por su amigo Mohammad Golandaam bajo el nombre de Diván (Regalo).

El escritor británico Edward Fitzgerald lo llamó “el mejor músico de las palabras”.

      Los restos de Hafez reposan en un monumento erigido en su honor en los Jardines de Musalla, a orillas del río Ruknabad en Shiraz, Irán. El lugar se conoce como Hafezieh y es uno de los sitios turísticos más visitados de Irán.

      En el mausoleo y sobre la tumba hay varias inscripciones que recogen fragmentos de sus poemas y, en algunos casos, poemas completos.

      Aquí, algunos, traducidos de versiones en inglés:

 

I

En tiempos de Adán, en el Jardín del Paraíso, la poesía de Hafez embellecía las páginas del libro de las rosas.

 

II

¿Dónde dice que nos encontraremos? Para acogerte me levantaré.

Soy el ave del paraíso y de la trampa del mundo me levantaré.


Si me llamas tu esclavo, juro por tu amor y señorío

que de la idea de reinar en la vida y en el mundo me levantaré.


Oh Dios, haz que caiga la lluvia de la alta nube conductora,

o como polvo vil del centro del mundo me levantaré.


Siéntate junto a mi tumba y trae vino y música,

al sentir tu presencia y tu perfume, danzando me levantaré.


Elévate, déjame contemplar tu belleza, criatura encantadora,

y yo, aplaudiendo, de la vida y del mundo me levantaré.


Aunque viejo, por una noche estréchame en tu pecho

y al alba, rejuvenecido, de tu lado me levantaré.


El día de mi muerte, déjame contemplarte un instante,

y como Hafez, de la lujuria del mundo y de la vida me levantaré.

 


 

III – EPITAFIO


He recibido, a Dios gracias, la buena nueva:

Me reuniré con mi Amado.

Finalmente voy a abandonar esta jaula

que aprisiona mi espíritu.

¡Amigo! ¡Amante!

Cuando vengas a mi tumba, embriágate

y que sea una borrachera perpetua.


Que tu ánimo esté lleno de un fervor que acreciente el amor,

y la esperanza.

Ten presente que la alegría de este mundo es corta;

pasará con los años vividos.

Lo importante es lo que al final quedará

de esta embriaguez que llevas en tu alma.

 

 

IV - GHAZAL 79

Sentado con mi vino y amada compañía,

hasta mi estancia llega la brisa celestial.

¿Por qué el pobre no puede jugar papel de Rey?

El límite es el cielo, la tierra es mi heredad.

La verde hierba esparce rumor de paraíso,

¿por qué debo tenerla cual puente de jardín?

Con ladrillos de vino tejed torres de amor,

son ladrillos de barro nuestro sino final.

Si el pueblo en la mezquita dialoga con la iglesia

en los que inspiran odio no busques la bondad.

No quieras injuriarme, no mancilles mi nombre;

solamente Dios puede contar mi derrotero.

De Hafez no soslayes el cuerpo ni la vida,

con todos sus errores, por él espera el cielo.