CAPÍTULO XXVIII - JOHN DONNE

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 CAPÍTULO XXVIII


JOHN DONNE

 


Poeta y predicador inglés, exponente de la llamada poesía metafísica.

Londres, entre el 24-01 y el 19-06 de 1572; id., 31-03-1631.


A menudo se le menciona como el más grande poeta del amor en lengua inglesa, pero también brilló por sus tratados y poemas religiosos, epigramas, traducciones y como orador religioso.

Estudió en Oxford y Cambridge, pero no se graduó debido a que como católico romano no podía prestar juramento de lealtad a Elizabeth, reina protestante. Sin embargo, años después se convirtió a la religión anglicana.


Hacia 1598 Sir Thomas Egerton, primer vizconde de Brackley y destacado miembro de la corte lo nombró su secretario privado, cargo que desempeñó por cinco años. Por esa época, se enamoró de Anne More, sobrina de la esposa de Egerton, con quien tuvo que casarse en secreto en 1601, debido a la oposición del padre de la novia. Como consecuencia, el padre de Anne le retiró la dote, hizo encarcelar al poeta y obligó a Egerton a despedirlo de su cargo, lo cual le significó también un veto para ejercer cualquier cargo público. Llegaron entonces diez años de extrema pobreza, apenas suavizados por la ayuda de la familia de Anne y algunos trabajos ocasionales de Donne.

El lado positivo de esta época difícil fue la vasta producción literaria del poeta.

Hacia 1609 Donne se reconcilió con su suegro y recibió la dote de Anne.


Con la excepción de Anniversaries, que vio la luz en 1911, prácticamente toda su obra poética se publicó después de su muerte. Sobresalen Songs and Sonnets y Holy Sonnets.

De sus trabajos en prosa sobresalen Paradoxes and problems, una defensa de la inconstancia de la mujer; Biathanatos, una defensa casuística del suicidio; y la sátira sobre los jesuitas titulada Ignatius His Conclave, en inglés y en latín. Después aparecieron Essays in Divinity y Devotions upon emergent occasions.

Murió de cáncer estomacal y sus restos reposan en la Catedral de San Pablo en Londres. Allí se lee:


John Donne,

Doctor en Divinidad

después de diversos estudios, ejercidos desde su juventud

con perseverancia y éxito,

ingresó a las Órdenes Sagradas

bajo el influjo del Espíritu Santo,

y bajo el consejo y exhortación del Rey Jaime,

en el año de su Jesús de 1614 y 42 de su edad.

Habiendo sido investido con el Deanato de su iglesia

el 27 de noviembre de 1621,

fue despojado de él por la muerte el último día de marzo de 1631.

Reposa aquí en el polvo, pero contempla a Aquel

cuyo nombre está en las Alturas.



SONETO X - (De Holly Sonnets)


No te envanezcas Muerte; aunque te llamen

Poderosa y Temible, no lo eres.

No mueren, pobre Muerte, los que matas,

y eres tan incapaz que ni yo muero.

Si hay placer en el sueño y el reposo

hay mucho más en ti, donde muy pronto

encontrarán nuestros mejores hombres

un alma libre y paz para sus huesos.

Esclava del azar y los suicidas,

vives con el veneno, el mal, la guerra,

y es mejor un hechizo que tu aliento.

¿De qué presumes si tras breve sueño

voy a encontrar el despertar eterno?

Muerte, ya no eres muerte. ¡Morirás!



SONETO XIII - (De Holly Sonnets)


¿Y si hoy fuera del mundo última noche?

Marca en mi pecho, alma, donde moras,

la figura de Cristo, y dime entonces

si te puede afligir este semblante.

Nubla la luz el llanto de sus ojos,

la sangre de su frente cubre el rostro.

¿Puede enviarte al infierno aquella lengua

que ha pedido perdón por sus verdugos?

No, pero tal como en mi idolatría

a mis amantes dije la belleza

de la piedad, la fealdad es sólo

un signo de rigor: igual te digo,

a los malos se dan horribles formas,

esta, bella, tendrá piadosa mente.



MEDITACIÓN XVII - Fragmento - (De Devotions Upon Emergent Occasions).

 

                                                                                                              Nunc lento sonitu dicunt, morieris.

                                                        Ahora esta campana suena quedamente por otro,

                                                                                                                         me dice, morirás .


¿Quién no mira al sol cuando se eleva? Pero, ¿quién le quita el ojo a un cometa cuando estalla?

¿Quién no presta atención al tañido de una campana que suena por alguna razón? Pero, ¿quién puede desoír esa campana que está sacando de este mundo un pedazo de sí misma?


Ningún hombre es una isla en sí mismo; cada hombre es una parte del continente, una parte del todo. Si un terrón es arrastrado por el mar, Europa disminuye, como si de un promontorio se tratara, como si fuera la casa solariega de uno de tus amigos, o la tuya; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy involucrado con la humanidad, y por lo tanto nunca pregunto por quién doblan las campanas; doblan por ti.



CITAS


- Sé tu propio palacio, o el mundo será tu cárcel.


- La luz no tiene lengua.


- Son nuestros, aunque ellos no son nosotros.


- ¿Y quién entiende? Yo no, porque si lo hiciera te lo perdonaría todo.


- La muerte es un ascenso a una mejor biblioteca.


- El amor construido sobre la belleza, muere tan pronto como la belleza.


- Entonces, si el amor es pecado, déjenme ser pecador.