CAPÍTULO XXXVII - SAM WALTER FOSS

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 CAPÍTULO XXXVII

SAM WALTER FOSS

 

Samuel Walter Foss, poeta, periodista, humorista y bibliotecario estadounidense.

Candia, New Hampshire, 19-06-1858; Somerville, Massachusetts, 26-02-1911.

 

Perdió a su madre a los cuatro años y creció trabajando con su padre en la granja familiar.

Se recibió en la Portsmouth High School de New Hampshire y luego en 1882 obtuvo su licenciatura en la Universidad de Brown.

A pesar de que la mayoría de los críticos lo han considerado un poeta menor, Foss fue un escritor prolífico que reflejó de manera sencilla la cotidianidad de su época, el humor, los valores culturales y su fe en el destino de la humanidad.

Sus poemas, optimistas y representativos de la cultura tradicional, así como sus columnas y conferencias, fueron inmensamente populares en su época.

Desde muy joven escribió para diversas publicaciones, incluidas las exitosas revistas de humor Puck y Judge.

Durante algún tiempo publicó una columna semanal de humor en el Saturday Union de Lynn, del que llegó a ser propietario y editor.

En 1887 se mudó a Boston, donde escribió en el Yankee Blade y en el Boston Globe.

En 1898 empezó a trabajar como bibliotecario en la Biblioteca Pública de Somerville, a la que dedicó el resto de su vida.

Como bibliotecario, envió colecciones móviles a escuelas, fábricas y hospitales. A partir de 1909, escribió para el Christian Science Monitor una columna llamada The Library Alcove.

La mayor parte de sus colecciones en verso fue publicada en la última década del siglo XIX y primera del siglo XX. Estas son las más conocidas:

Back Country Poems, Whiffs from Wild Meadows -que incluye The Coming American, otro de sus famosos poemas-, Dreams in Homespun, Songs of War and Peace, The Song of the Library Staff y Songs of the Average Man.

Alrededor de 1886 se casó con Carrie Marie Conant, hija de un pastor metodista. Tuvieron dos hijos, Saxton en 1888 y Mary Lillian (Molly) en 1893. Saxton murió en Francia a causa de las heridas ocasionadas en combate durante la Primera Guerra Mundial.

Después de luchar durante dos años con una extraña enfermedad, Sam se internó en un hospital donde escribió su último artículo Optimism, y su último poema The Trumpets, justo antes de una operación que no consiguió salvarle la vida. La última estrofa de The Trumpets nos recuerda esta, última del Retrato del poeta Antonio Machado:


“Y cuando llegue el día del último viaje,

y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,

me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,

casi desnudo, como los hijos de la mar”.



LAS TROMPETAS - Última estrofa. (The Trumpets)


Y de pronto, un extraño barquero está aquí con su barca,

y me toma, y rema, rema lento y silencioso;

¡Pero, mis trompetas! ¡mis trompetas! resuenan en la oscuridad,

las trompetas están llamando – yo acudo.


Sus restos reposan en el North Burial Ground de Providence, Rhode Island. El epitafio se tomó del título de su poema más conocido:


La casa al lado del camino.



LA CASA AL LADO DEL CAMINO

(The House by the Side of the Road)

                                                                                           Fue amigo del hombre, y vivió

                                                                                          en una casa al lado del camino.

                                                                                    Homero. 


Hay almas ermitañas que viven retiradas

en el espacio de su propio silencio;

hay almas que viven aisladas, como estrellas

en un firmamento solitario;

hay almas pioneras que señalan senderos

donde nunca hubo autopistas--

pero dejadme vivir al lado del camino

 y ser amigo del hombre.


Dejadme vivir en una casa al lado del camino
donde vea pasar la raza humana--
los buenos y los malos,
tan buenos y tan malos como yo.
No me sentaré en la silla del villano
ni impondré la censura del cínico--

dejadme vivir en una casa al lado del camino
y ser amigo del hombre.


Desde mi casa al lado del camino,
al lado de la autopista de la vida,
veo a los hombres que abrazan con la pasión de la esperanza,
y a los que desfallecen en la lucha,
pero no me alejo de sus sonrisas y sus lágrimas,
ambas son parte de un plan infinito--
dejadme vivir en una casa al lado del camino
y ser amigo del hombre.


Sé que hay praderas junto a arroyos alegres,
y montañas de empinadas pendientes;
donde el camino muere sobre la tarde larga
y avanza hasta la noche.
Y aun me alegro con viajeros risueños
y lloro con extraños que lloran,
y no vivo en mi casa al lado del camino
como un hombre solitario.


Dejadme vivir en mi casa al lado del camino,
donde vea pasar la raza humana--
los buenos, los malos, los débiles, los fuertes,
los sabios, los tontos -- y yo.
Entonces ¿por qué debo sentarme en la silla del villano,
o imponer la censura del cínico?
Dejadme vivir en mi casa al lado del camino

y ser amigo del hombre.



CITAS


- No busques fuentes más frescas en otra parte, simplemente deja caer tu balde donde estás.


- Esparce alegría en los senderos de los hombres; no volverás a pasar por ese camino.

CAPÍTULO XXXVI - WILLIAM FAULKNER

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 CAPÍTULO XXXVI

WILLIAM FAULKNER

 

William Cuthbert Faulkner, novelista, cuentista y poeta estadounidense.

New Albany, Mississippi, 25-09-1897; Byhalia, Mississippi, 06-07-1962.

 

Era el mayor de cuatro hermanos de una familia sureña de clase media. A sus cinco años la familia se estableció en Oxford, donde vivió el resto de su vida, con algunas interrupciones.

Su madre Maud y su abuela materna Leila Butler, lectoras asiduas, amén de pintoras y fotógrafas, influyeron de manera definitiva en el desarrollo de su imaginación artística y literaria; y Caroline “Callie” Barr, la nana afrodescendiente que lo crio desde sus primeros años, fue importante para resolver las preocupaciones de los personajes de sus obras en temas de sexualidad y de raza.

Sus novelas narran los conflictos de la sociedad sureña que lo vio crecer, y poseen una novedosa y contundente fuerza narrativa que lo llevó a ser considerado uno de los novelistas más sobresalientes de la literatura del siglo XX.

En 1929, tres años después del poco éxito de su primera novela, Soldiers’ Pay, empezó con Sartorius su serie ambientada en el condado ficticio de Yoknapatawpha, a la que siguieron entre otras Sanctuary, cuyo éxito le permitió trabajar como guionista en Hollywood, oficio que le habría de reportar notables mejoras en su situación financiera, y The Sound and the Fury, que la crítica entendió como su madurez literaria.

Entre sus otras novelas destacan As I Lay Dying, Light in August, ¡Absalom, Absalom!, The Wild Palmes, Go Down Moses, The Mansion, y las dos que le merecieron el Premio Pulitzer, A Fable y The Reivers, en 1955 y 1963 respectivamente.

A Fable, además, le significó ganar de nuevo en 1955 el Premio Nacional del Libro, que ya había obtenido en 1951 con Collected Stories.

En 1929 se casó con Lida Estelle Oldham, recién divorciada del abogado Cornell Franklin y con dos hijos. Estelle había sido su amor de juventud que había regresado a Oxford dos años antes desde el Lejano Este.

Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1949, por su celebrada novela Sanctuary.

Murió en el sanatorio de Wright, Byhalia, cerca del pueblecito de Oxford, donde residió y escribió desde su matrimonio con Estelle Oldham.

En su tumba del Cementerio de San Pedro en Oxford, Mississippi, se lee:


Amado

Ve con Dios.


En el Rincón de los Poetas de la Catedral de San Juan en New York, hay un cenotafio con una inscripción de su novela Go Down, Moses:


La Verdad es una. No cambia.



COLINAS DE MISSISSIPPI: MI EPITAFIO. - (Mississippi Hills: My Epitaph).


Lejanas colinas azules, donde me he deleitado,

donde la primavera pasa con pies de plata y manto de cornejos,

cantando al oído el Amante del pájaro azul

mientras me acerco al vislumbrado final del camino.


Que esta boca suave, moldeada para la lluvia,

no sea sino un dolor dorado entre todos los dolores,

y estos verdes bosques sigan soñando aquí para despertar

dentro de mi corazón cuando yo vuelva.


¡Volveré! ¿Cómo puede haber muerte

mientras allá arriba, en esas azules y adormecidas colinas

esté enraizado como un árbol? Aunque esté muerto,

esta tierra que me cubre encontrará mi aliento.


El árbol herido no tiene un verde nuevo, que llore

los años dorados que gastamos para comprar tristeza.

Que sea esta mi condena, si olvido

que aún hay primavera para agitar e interrumpir mi sueño.



CITAS


- La sabiduría suprema consiste en tener sueños suficientemente grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen.


- Se puede confiar en las malas personas; no cambian jamás.


- El pecado, el amor y el miedo, son sólo los sonidos que las personas que nunca pecaron ni amaron ni han sentido miedo, pronuncian pensando que saben lo que significan.


- La inteligencia es la capacidad de aceptar el entorno.


- La vida es un camino sin retorno.

CAPÍTULO XXXV - RALPH WALDO EMERSON

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 CAPÍTULO XXXV

RALPH WALDO EMERSON

 

Poeta, escritor, filósofo y ensayista estadounidense, de la escuela de los llamados trascendentalistas.

Boston, 25-05-1803; Concord, Massachussets, 27-04-1882.

 

Era el segundo de cinco hijos -otros tres murieron en la niñez- de William Emerson, un pastor unitario que falleció de cáncer de estómago cuando Ralph iba a cumplir ocho años, dejando a su familia en grave situación económica, y de Ruth Haskins.

Con enormes esfuerzos su madre logró que todos sus hijos fueran becados por la Universidad de Harvard, a donde Ralph llegó a los catorce años, para estudiar griego, latín, historia y retórica, después de haber asistido desde los nueve a la Boston Latin School.

Se graduó en 1821 y se marchó a Boston donde empezó a enseñar en la escuela para señoritas de su hermano William.

En 1825 ingresa en la Escuela de Teología de Harvard.

Conoció a su primera esposa Ellen Louisa Tucker en la Navidad de 1827 y se casaron cuando ella tenía apenas dieciocho años. La tuberculosis que ya la aquejaba acabó con su vida menos de dos años después. Sus últimas palabras: No he olvidado la paz y la alegría.

En septiembre de 1835 se casó con Lydia Jackson (Lidian, la llamaba Ralph), con quien tuvo cuatro hijos y lo acompañó hasta su muerte.

Sus escritos son considerados por la crítica documentos fundamentales de la literatura, la religión y el pensamiento americanos del siglo XIX.

Escribió numerosos ensayos entre los cuales sobresalen Nature, The American Scholar, The Divinity School Address, The Trascendentalist, Representative Men (que incluye ensayos sobre Platón, Napoleón, Swedenborg, Montaigne, Shakespeare y Goethe), Society and Solitude, Letters and Social Aims y New England Reformes.

También se destacó como poeta y traductor. Sus colecciones Poems, My Day and other Poems y Selected Poems, Work and Days, Ode to Beauty, The Past, Terminus y Water son algunas de las más conocidas.

En 1864 fue elegido Miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias.

Hacia 1872 comenzó a tener problemas de memoria, agravados por trastornos de lenguaje causados por lesiones cerebrales, diagnosticados como afasia. Dado que para esa época estaba dedicado a dar conferencias, la enfermedad lo obligó a reducir y finalmente cancelar sus apariciones en público.

Una neumonía aparentemente ocasionada por un aguacero sorpresivo en plena calle, le ocasionó la muerte. Sus restos reposan en el Cementerio Sleepy Hollow de Concord, Massachussets.

El epitafio es un fragmento de su poema The Problem:


El bondadoso Maestro tendió su mano

a la grandiosa alma que volaba sobre Él.


El cenotafio que lo recuerda en el Rincón de los Poetas de la Catedral de San Juan El Divino en New York, reza:


Dadme verdades, porque estoy hastiado de apariencias.



EL PASADO - (The Past).


La deuda está pagada,

el veredicto dicho,

las Furias aplacadas,

la peste detenida,

los destinos trazados;

gira la llave y bloquea la puerta,

la muerte es eternamente dulce.


Ni altivas esperanzas, ni ancestrales rencores,

ni odios asesinos, pueden entrar.

Ahora todo es seguro e inalterable;

ni los dioses pueden agitar el Pasado;

vuela hacia la puerta adamantina

clausurada para siempre.


Nadie puede volver allí,

ni un ladrón muy avezado,

ni Satán con un truco genial,

pueden colarse por la ventana, fisura o agujero,

para anudar o desatar, añadir lo que faltaba,

insertar una página, forjar un nombre,

renovar o terminar lo que está encerrado,

alterar o enmendar un Hecho eterno.



JORNADAS - (Days)


Hijas del Tiempo, hipócritas Jornadas,

sofocadas y mudas cual derviches descalzos,

en fila interminable marchan una tras otra,

y traen en sus manos diademas y fagots.

A cada cual ofrecen regalos a placer,

pan y reinos y estrellas, y el cielo donde viven.

Yo, en mi jardín frondoso, contemplé la gran pompa,

olvidé mis deseos matutinos, y pronto

tomé unas pocas yerbas y manzanas; la Jornada

dio media vuelta y se alejó en silencio. Yo, muy tarde,

bajo su curva solemne vi el escarnio.



CITAS


- Las mentes pequeñas tienen preocupaciones pequeñas, las grandes mentes no tienen tiempo para preocupaciones. 

- No vayas por donde te lleve el camino, ve por donde no hay camino y deja tu huella.

- El erudito es educado por la naturaleza, los libros y la acción.