CAPÍTULO XVI - JOHN CLARE

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 CAPÍTULO XVI - JOHN CLARE


JOHN CLARE

 

Poeta inglés de la Escuela Romántica, llamado el “poeta campesino”.

Helpston, Cambridgeshire, 13-07-1793; Asilo de Northampton, 20-05-1864.


Hijo de un campesino, empezó a trabajar a los siete años en granjas locales por lo cual tuvo un acceso limitado a los libros y su formación fue básicamente autodidacta. Sin embargo, sus padres estimularon su temprana vocación poética, notablemente influenciada por el poeta escocés James Thomson. En el amor tuvo una desilusión temprana que lo marcó durante mucho tiempo, debida al rechazo de Mary Joyce, hija de un próspero granjero.


En 1820 apareció su primer libro Poems Descriptive of Rural Life and Scenery, que causó algún revuelo y le dio cierta notoriedad. Ese mismo año contrajo matrimonio con Martha Turner, la “Patty of the Vale” de sus poemas e hija de un granjero del vecindario. Al año siguiente apareció su segundo volumen de poemas The Village Minstrel, con menos éxito que el primero. El tercero, The Shepherd’s Calendar: With Village Stories and Other Poems vio la luz seis años más tarde y aunque la crítica lo consideró mucho mejor que los anteriores, tampoco tuvo mayor éxito. Lo mismo sucedió en 1835 con su último libro The Rural Muse, pese a los elogios de los entendidos. 

Su situación económica era crítica y empezó a padecer fuertes miedos y delirios. A finales de 1841 se le diagnosticó demencia y pasó los últimos 23 años de su vida en el Asilo de St. Andrew’s, escribiendo, con un impulso lírico extrañamente inextinguible, lo mejor de su poesía.


Su redescubrimiento en el siglo XX empezó en 1908 con una selección de Arthur Symons, proceso que posteriormente continuaron Edward Thomas y Edmund Blunden.

Sus últimas palabras: Quiero ir a casa.


De acuerdo con su última voluntad sus restos reposan en la Iglesia de San Botolph en su nativa Helpston.

El epitafio dice:


                          El poeta nace, no se hace.    


En 1989 Clare fue honrado con una placa en el Rincón de los Poetas de la Abadía de Westminster. Allí se lee:


Los campos eran la esencia del canto.


En su natal Helpston hay un monumento en su honor con inscripciones de algunos de sus poemas:


Lado este:

De su poema To John Milton en Rural Muse:


El bardo jamás halla su gloria

donde se ven las flores diarias del verano,

la encuentra en el invierno cuando deja

tan solo un laurel verde;

el tiempo de ese árbol eterno,

tejerá una corona para honrarte.


Lado norte:

La última estrofa de su poema Genius en The Rural Muse:


El sepulcro puede cuidar su polvo mortal,

donde reposan tumbas y cenizas:

La muerte sólo recogerá la cosecha del Tiempo,

porque el genio no puede morir.


Lado oeste:

De A Wish, su Soneto XXI en The Rural Minstrel:


Concédeme un deseo, ir donde quiero, ser yo,

volver atrás, vagar, morir en casa,

entre mis más cercanos dejar mi último aliento,

y en el cementerio yacer con los que amo.

 


LAS TUMBAS DE LOS NIÑOS - (Graves of infants)

 

Las tumbas de los niños son huellas de los ángeles,

donde duermen diamantes de brillo virginal;

no precisan de llantos porque el Señor, su Padre,

los lleva hasta su seno desde el dolor del mundo:

Su vida fue un capullo y una flor su final.


Sus espíritus forman celestial arcoiris

y su feliz ocaso no reclama plegarias.

Se ha marchitado el brillo de sus ojos azules

y tímidas corolas en lágrimas de estío

perfuman su silencio cuando suspira el viento.


Sus vidas fueron sólo fugaz lluvia ligera

que acarició las flores como risueño llanto

y fue su muerte apenas en el carmín del cielo

un pálido rocío que sobre virgen rosa

pasó como pasaba la brisa del verano.


Llegaron y se fueron, no dejaron suspiros,

y el astro rey celebra sonriente su partida.

De nada se lamentan los niños cuando mueren;

no hay rezos ni rosarios, son flores sus dolientes,

y es la Madre Natura su toque de difuntos.



EL AMOR VIVE MÁS ALLÁ DE LA TUMBA - (Love lives beyond the tomb)


El amor vive más allá de la tumba,

de la tierra, que se desvanece como el rocío.

Amo lo entrañable,

la fidelidad, y la verdad.


El amor vive de sueños,

de la felicidad de las noches placenteras;

puede ser llanto el rocío de la víspera

pero el amor siempre es dulce.


Se ve en las flores,

en las gotas nacaradas del anochecer,

sobre las verdes horas de la tierra,

y en el azul eterno de los cielos.


Se oye en la primavera,

con su brillo de sol, cálido y amable,

sobre las alas de los ángeles,

trayendo amor y música en el aire.


¿Y dónde está la voz,

tan joven, tan hermosa, tan dulce

como una elección de la naturaleza,

donde se encuentran la primavera y los amantes?


El amor vive más allá de la tumba,

de la tierra, las flores y el rocío.           

Amo lo entrañable,

la fidelidad, la juventud, y la verdad.



CITAS


- ¿Y qué es la vida? Un reloj de arena en la carrera.


- Lo salvaje es mi escena.