ANTERO DE QUENTAL
Antero Tarquínio
de Quental, poeta, político y
filósofo portugués.
Ponta Delgada,
Azores, 18-04-1842; id., 11-09-1891.
Revolucionario, racionalista, defensor de
la emancipación de las mujeres, crítico feroz del despotismo en la universidad
y de la arbitrariedad gubernamental y defensor acérrimo de la libertad de
prensa. Leamos cómo lo describe Eça de Queiroz:
«Un hombre tan sencillo, con una mala
chaqueta de alpaca en el verano, con un abrigo color miel en el invierno, que
vivía como un pobre voluntario en una casucha de pueblo pobre, sin posición ni
fama, ignorado siempre por el Estado, nunca invocado por las muchedumbres».
Estudió derecho en la
Universidad de Coimbra, donde empezó a consolidar su vocación de poeta. Se sabe
que escribió poemas desde muy joven, pero su primer soneto conocido data de
1859.
En 1861 publicó Sonetos, su
primer libro, al que seguirían Beatrice
y Odes Modernas, en 1863 y 1875.
La totalidad de sus sonetos,
que representan lo mejor de su poesía, se publicó en 1886 y luego en 1890 en el
libro Sonetos Completos.
Entre sus escritos como pensador podemos mencionar las Considerações sobre a filosofia da história literária (1872),
la conferencia Causas da Decadência dos Povos Peninsulares (1871)
y Bom Senso e Bom Gosto (1865).
Enfermo de tuberculosis y con
síntomas de psicosis maníaco depresiva, se aisló y se entregó a lecturas de
pensadores pesimistas como Schopenhauer y Hartmann, lo cual se refleja
principalmente en sus últimos sonetos.
Finalmente, agobiado por sus
problemas psicológicos decidió dispararse en la cabeza, en el jardín de un
convento y frente a un letrero donde se leía “Esperanza”. Tenía 49 años. Nunca se casó.
Sobre su tumba en el Cementerio de Ponta Delgada, se lee el epitafio que le escribió su amigo el poeta Joao de Deus, No túmulo de Antero:
LA TUMBA DE ANTERO
Aquí
yace el polvo, yo no; yo soy el que fui...
rayo
animado de esa Luz celeste,
al
cual la muerte devuelve las almas,
devolviendo
a la tierra el polvo que las viste.
En el Jardín Antero de Quental en
Ponta Delgada hay un monumento del escultor local Canto da Maia, donde se leen
dos de sus más conocidos sonetos, Solemnia
Verba y Contemplação:
PALABRAS
SOLEMNES - (Solemnia Verba)
Dije a mi corazón: “¡Mira por
cuántos
vanos senderos fuimos! Considera
desde esta cima gélida y austera,
los yermos que regaron nuestros
llantos…
¡Polvo y cenizas, donde flor y
encantos!
¡Noche donde hubo luz de
primavera!
¡Mira el mundo a tus pies y
desespera,
sembrador de tinieblas y quebrantos!”
Empero el corazón, hecho valiente
a fuerza de tortura repetida,
y de tanto sufrir vuelto
creyente,
respondió: «¡Desde aquí veo el
Amor!
No fue en vano vivir si esto es
la vida,
ni en vano el desengaño y el
dolor.»
CONTEMPLACIÓN - (Contemplação)
Sueño de ojos abiertos, caminando
ya no por entre formas y
apariencias,
sino viendo la faz de las
esencias,
entre ideas y espíritus flotando…
¿Qué es el mundo ante mí? Humo
ondeando,
fatuas visiones, restos de
existencias…
una niebla de engaños e
impotencias
sobre insondable abismo
rastreando…
Y de entre niebla y sombra por
momentos
llega solo un murmullo de
lamentos…
la queja, el profundísimo gemido
de las cosas que buscan
ciegamente
entre su noche y dolorosamente
otra luz, otro fin ya presentido…
SEPULTURA ROMÁNTICA - (Sepultura Romântica)
Donde rompe la mar, en un recodo
rugidor y monótono, y los vientos
desde la arena elevan sus lamentos,
allí mi corazón tendrá acomodo.
Que al sol y en soledad se queme todo
al calor del verano, en días lentos;
y luego, en el invierno, aires violentos
disuelvan sus cenizas en el lodo…
hasta que se deshaga, y convertido
en impalpable polvo y en olvido
se lo lleven los vientos al pasar...
¡Y de sus luchas y sus ansias pleno
y de su loco amor, duerma en el seno
de ese infecundo, de ese amargo mar!
ZARA
(El poema es un epitafio escrito por Antero de Quental a solicitud de su amigo Joaquim de Araujo, para su hermana Zara Margarida, fallecida a los quince años).
Feliz aquel que en el dolor se mueve
y en pasiones de vida tumultuosa,
inconsciente, fugaz como la rosa,
como la sombra sobre el agua, leve.
Era tu vida un sueño. Indefinido
y frágil, pero suave y transparente…
Despertaste… reíste… y vagamente
continuaste tu sueño interrumpido.
CITAS
- Sólo quienes
saben lo que son las lágrimas, saben lo que es el amor.
- La poesía es la
confesión sincera del pensamiento más íntimo de una época.

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