UNIVERSOS - VOLUMEN II. CAPÍTULO XXXV - SALVATORE QUASIMODO

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 CAPÍTULO XXXV

SALVATORE QUASIMODO

 

Salvatore Quasimodo, poeta, lingüista, escritor, periodista, crítico literario y traductor italiano.

Modica, Sicilia, 20-08-1901; Nápoles, 14-06-1968.

      Empezó a escribir poemas a los diez años y a los dieciséis publicó el primero en una pequeña revista literaria que editó junto a algunos de sus compañeros del Instituto Técnico de Mesina, donde estudiaban.

      Su familia se mudó a Roma en 1919, donde empezó a estudiar ingeniería, carrera que no pudo terminar debido a su precaria situación económica. Sin embargo, de esa época le quedó la pasión por el griego y el latín.

      En 1926 contrajo matrimonio con Bice Donetti, compañera solidaria en las dificultades de la época romana. Bice murió en 1946.

      En 1934 se mudó a Milán donde se acercó a los círculos literarios de la ciudad y se hizo redactor y crítico teatral de la revista Il Tempo. Allí empezó a mostrar su decidida oposición al fascismo.

      En 1935 nació Orietta Quasimodo, hija extramatrimonial de su relación con Amelia Spezialetti, una mujer casada y dos años mayor que él, a quien había conocido cuatro años antes en Imperia.

Ese mismo año empezó una tormentosa relación con la escritora Sibilla Aleramo, que le llevaba veinticinco años.

      Un año después comienza su relación con la bailarina, coreógrafa, actriz y poetisa Maria Clementina Cumani, perteneciente a una familia de la burguesía de Milán, con estudios clásicos y una gran pasión por la danza. Parecía el amor de su vida y tres años después fueron padres de Alessandro. Se casaron en 1948, después de la muerte de Bice, y se separaron en 1960, debido a las reiteradas infidelidades del poeta. Alessandro se convertiría años después en actor y director de teatro.

      Cumani fue quizás la mujer que más influyó en la poesía de Quasimodo. Nos quedan las apasionadas cartas que se cruzaron:

      En 1973, la editorial Arnoldo Mondadori Editore, de Milán, publicó Salvatore Quasimodo. Lettere d’amore a Maria Cumani, que contiene las cartas del poeta.

      Por su parte, en 2012, la editorial Abramo publicó Il fuoco tra le dita. Il poeta e la danzatrice (El fuego entre los dedos – El poeta y la bailarina), libro que recopila poemas, reflexiones, ensayos, cuentos y páginas del diario de Maria Cumani. La edición estuvo a cargo de su hijo Alessandro, junto con la escritora Mariacristina Pianta.

En 1939, Quasimodo fue nombrado profesor de literatura italiana del Conservatorio Giuseppe Verdi.

      En 1940 publicó Lirici greci, una recopilación de sus traducciones de los clásicos. Dos años después apareció Ed è subito sera, una antología de su obra poética que se convertiría en uno de sus mayores éxitos.

      Los efectos devastadores de la guerra y de la ocupación alemana marcaron el rumbo de su poesía, convencido como estaba de que los poetas debían asumir un papel de mayor protagonismo en el rescate de los valores morales del hombre. Quedaba atrás la llamada Escuela hermética italiana, que había fundado junto a Giuseppe Ungaretti y otros poetas italianos, como se observa en su libro Con il piede straniero sopra il cuore, publicado en 1946.

      A partir de 1949 intensificó su actividad como traductor, que a la postre determinaría su formación lírica. No solamente tradujo a clásicos como Sófocles, Esquilo, Ovidio, Virgilio y Homero, sino también a Shakespeare, Pablo Neruda, Moliere, E. E. Cummings, Conrad Aiken y Paul Eluard, entre otros.

      En 1950 recibió el Premio San Babila, y en 1953 compartió con el poeta y dramaturgo británico Dylan Thomas, el premio de poesía Etna-Taormina.

      En 1959 obtuvo el Premio Nobel de Literatura, y su discurso de aceptación en el que defendió el papel social del poeta y de la poesía, fue publicado junto con otros ensayos en el libro Il poeta e il politico.

      Tras recibir el Nobel conoció a Curzia Ferrari, y poco después empezaron una relación que se prolongó hasta la muerte del poeta.

Curzia publicó en 1970, editado por Ferro Edizioni, Una donna e Quasimodo, donde traza el perfil del Quasimodo hombre.

      Murió de una hemorragia cerebral, dos meses antes de sus 67 años. Sus restos reposan en el Cementerio Monumental de Milán.

      En la casa donde nació hay una placa que recuerda su memoria y transcribe su mínimo y bellísimo poema Ed è subito sera:

Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra

atravesado por un rayo de sol:

y de pronto la noche.


EPITAFIO PARA BICE DONETTI - (Epitaffio per Bice Donetti)

Con los ojos hacia la lluvia y hacia los elfos de la noche,

yace allí, en el campo quince de Musocco,

la mujer emiliana que amé

en el tiempo triste de mi juventud.

Hace poco fue sorprendida por la muerte

mientras miraba serena el viento del otoño

agitar las hojas y las ramas de los platanales

desde su casa gris de la periferia.

Su rostro está todavía vivo de sorpresa,

como en la infancia, deslumbrado

por el alto tragafuego sobre el carruaje.

Oh tú que pasas, motivado por otros muertos,

delante de la fosa mil ciento sesenta,

deténte un minuto a saludar

a aquella que nunca se quejó del hombre

que aquí queda, odiado, con sus versos,

como uno de tantos, obrero de sueños.

 

DAR Y RECIBIR - (Dare e avere)

Nada me das, no das nada,

tú que me escuchas. La sangre

de las guerras se ha secado,

el desprecio es un deseo

puro, no provoca un gesto

de un humano pensamiento,

por fuera de la piedad.

Dar y recibir. Mi voz

por lo menos tiene un signo

de geometría viva,

la tuya, una concha muerta

llena de lamentos fúnebres.

 

ESCRITO QUIZÁS SOBRE UNA TUMBA

(Scritto forse su una tomba)

Aquí, lejos de todo, el sol golpea

y enciende nuevamente tus cabellos

de color miel; y a los que estamos vivos

nos recuerdan desde su matorral,

la última cigarra del verano

y la sirena de ulular profundo,

la alarma en la llanura de Lombardia.

Oh, voces en el aire, ¿qué queréis?

Aún desde la tierra sube el tedio.


LOS SOLDADOS LLORAN DE NOCHE

(I soldati piangono di notte)

No bastan ni la Cruz ni la infancia, 

ni el martillo del Gólgota, ni la angélica

memoria para aplastar la guerra.

Los soldados lloran de noche

antes de morir, son fuertes, caen

a los pies de las palabras aprendidas

bajo las armas de la vida.

Números amantes, soldados,

anónimos chaparrones de lágrimas.


CON EL SENTIMIENTO DE LA MUERTE (Nel senso di morte)

Árboles azules
donde el más dulce sonido emigra
y nace el gusto por las lluvias nuevas.
En una rama, dócil
la luz oscila
en luna de miel con el aire;
con el sentimiento de la muerte,
estoy aquí, asustado de amor.
 


CITAS

- Algunos críticos italianos mantienen hacia mí una actitud de reproche; aprobarían mis poemas si de ellos se eliminara lo que consideran sobrante. Lo que consideran sobrante es precisamente la poesía.

- Un poeta, el nacimiento de un poeta, es siempre una amenaza para el orden establecido y, especialmente, para las castas artísticas y literarias de cada época.