CAPÍTULO LXXXVII - ELIZABETH SIDDAL

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CAPÍTULO LXXXVII


ELIZABETH SIDDAL

 

Elizabeth Eleanor Siddal (Lizzie), poetisa británica, pintora, modelo y musa por excelencia de la hermandad prerrafaelita.

Londres, 25-07-1829; id., 11-02-1862.

Sus padres fueron Charles Crooke Siddall, quien afirmaba que su familia descendía de la nobleza, y Eleanor Evans.

Sin embargo, más parece que era una familia numerosa y humilde, y probablemente fueron sus padres quienes le enseñaron a leer y escribir, ya que no hay evidencia de que hubiera asistido a la escuela.

Siendo muy niña descubrió su amor por la poesía en un poema de Alfred Tennyson que leyó por casualidad en un pedazo de papel periódico, y a partir de ese momento empezó a escribir sus primeros versos.

Mientras trabajaba como empleada en una tienda londinense de sombreros, el pintor Walter H. Deverell la vio a través de la vidriera y la contrató como modelo. Desde entonces se convirtió en su musa y luego en la de los llamados prerrafaelitas, -una hermandad fundada por el pintor John Everett Millais, quien la inmortalizó en su cuadro Ophelia,- el poeta y pintor Dante Gabriel Rossetti, quien a la postre se convertiría en su esposo, y el pintor William Holman Hunt. Posteriormente se sumaron a la hermandad los críticos Frederic George Stephens y William Michael Rossetti, el poeta y escultor Thomas Woolner, y el pintor James Collinson, y en mayor o menor grado una veintena de artistas y personalidades se relacionaron con ellos de distintas maneras.

Mientras posaba para la Ophelia de Millais en una de las largas sesiones a que la sometió el pintor sumergida en el agua, aparentemente contrajo una neumonía que en adelante la convirtió en una mujer frágil y con frecuentes complicaciones de salud.

Por esa época la conoció Dante Gabriel Rossetti y se enamoró de ella. La pintó obsesivamente, hasta el punto de no permitir que posara para sus compañeros de hermandad, y le enseñó a pintar y a escribir. Se casaron en mayo de 1860 luego de varias evasivas de Rossetti, motivadas por sus propias inseguridades y por la presión de su familia que detestaba a Elizabeth por su origen humilde.

A su precaria salud se sumaba la ansiedad por la manifiesta infidelidad de su marido, por lo cual empezó a tomar láudano en dosis cada vez mayores.

Casi un año después del matrimonio, Elizabeth dio a luz a una niña que nació muerta. Nueve meses más tarde, agobiada por la tristeza y el abandono, tomó una sobredosis de láudano que acabó con su vida. Tenía apenas 32 años.

En 1978 se publicó una antología titulada Poems and drawings of Elizabeth Siddal.

Sus restos reposan en el Cementerio de Highgate en Londres.



AMOR VERDADERO - (True love)

Adiós, conde Richard,

tan tierno y valiente;

beso arrodillada

tus despojos yertos.


Ora por mí, Richard,

desde tu silencio,

con el blanco mármol

de tus manos juntas.


Te dejo en los brazos

del dulce verano;

otro está esperando

su pálida novia.


Pero vendré pronto,

mi noble valiente,

cuando muertas hojas

cubran tu sepulcro.


Me hallarán entonces

cerca de tu rostro,

dormida o velando,

desmayada o muerta.



MUERTE TEMPRANA - (Early death)

No lamentes con lágrimas amargas

el transcurso fugaz de la existencia;

en el umbral del cielo, finalmente,

de par en par se me abrirán las puertas.


Ven, siéntate a mi lado y en silencio

mira pasar mi juventud lozana;

mientras la paz solemne de la muerte

en un instante por tu puerta pasa.


Me buscarás después, amor de mi alma,

en ese mar de espíritus antiguos

y entre mis manos tomaré las tuyas

para saber que siempre serás mío.



UN BOSQUE SILENCIOSO - (A Silent Wood)

Oh silencioso bosque, entro en ti

con un corazón tan lleno de miseria

por todas las voces de los árboles

y los helechos que raspan mis rodillas.


Deja que me siente en tu sombra más oscura

mientras las lechuzas grises vuelan sobre ti;

allí te pediré un favor,

para no palidecer o morir o desmayarme.


Mirando a través de la penumbra como uno

cuya vida y esperanzas también están acabadas,

congelada como una escultura de piedra,

me siento en tu sombra, pero no sola.


¿Puede Dios traer de vuelta el día en que estuvimos juntos

bajo las caricias de los árboles de ese oscuro bosque?



OTOÑO - (Autumn)

Las hojas del otoño están cayendo

sobre su tumba recién hecha

donde la hierba alta se inclina para oir

el murmullo de la ola.


Otoño abundante, aquí estoy

con mis gavillas en cada mano;

habla la palabra que me hace libre,

sólo quisiera descansar.



AGOTADA - (Worn Out)

Amor, tus brazos fuertes me rodean,

mi cabeza descansa en tu regazo;

oigo tu tierna voz que me consuela,

y, sin embargo, mi alma no descansa.


Porque nunca podré ser otra cosa

que ese ser asustado que en mí queda,

nada más que un gorrión con alas rotas

obligado a volar lejos de ti.


No puedo entonces ofrecerte amor

porque hace mucho tiempo que no es mío,

ese amor que volvió y me abandonó

en medio de la nieve cegadora.


Sólo te ofrezco un corazón herido

y unos ojos transidos de dolor,

una boca marchita que no ríe,

y que quizás no vuelva a sonreír.


Pero, abrázame, amor, hasta que el sueño

me deje entre tus brazos arrullada;

entonces puedes irte, sin adioses,

a menos que despierte, envuelta en llanto.



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