UNIVERSOS - VOLUMEN II. CAPÍTULO XXI - CONSTANTINO KAVAFIS

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 CAPÍTULO XXI

CONSTANTINO KAVAFIS

 

Konstandinos Pétrou Kavafis, poeta griego, el más importante de su país en el siglo XX. Fue también periodista y funcionario.

Alejandría, Egipto, 29-04-1863; id., 29-04-1933.

      Era el menor de nueve hijos de Pedro Kavafis y Khariklia Potiadis, comerciantes de Constantinopla que se establecieron en Liverpool después del matrimonio. Luego se trasladaron a Alejandría donde los negocios no fueron tan bien como esperaban. Pedro murió en 1870, cuando de su fortuna quedaba muy poco y el poeta tenía apenas siete años. Tres años después Khariklia decidió regresar a Liverpool en un intento por rehacer su fortuna, pero tuvo que volver a Alejandría siete años después, casi en la ruina.

      Durante sus años en Inglaterra, Kavafis aprendió muy bien el inglés, leyó a Shakespeare y a Wilde, y escribió sus primeros poemas.

      En 1885 regresaron de nuevo a Alejandría desde Constantinopla, y allí viviría el poeta el resto de sus días. Trabajó por poco tiempo en un diario local y fue corredor de bolsa durante cinco años. En 1992 empezó a trabajar en el Ministerio de Obras Públicas, donde se destacó como funcionario modelo durante 30 años y ascendió hasta el cargo de subdirector.

      En vida, Kavafis publicó solamente unos pocos poemas en hojas sueltas y en opúsculos de unas pocas decenas de ejemplares que él mismo repartía casi en secreto entre sus amigos más cercanos, quizás para no hacer ostentación de su homosexualidad, dada su condición de funcionario.

      Era en esencia un artesano de la palabra, y sus poemas de elevada sensualidad y abiertamente homosexuales, llevados cuidadosamente a exquisitos niveles estéticos, han llegado hasta nosotros gracias entre otros a Alexandria: A History and Guide (1922) y Pharos and Pharillon (1923), estudios del novelista y ensayista británico Edward Morgan Forster sobre Alejandría, a Alexandria Quartet (1957-1960), tetralogía del también escritor británico Lawrence Durrell, y a Présentation critique de Constantin Cavafy (1958), de Marguerite Yourcenar.

El día de su cumpleaños número setenta, el poeta murió de cáncer en la laringe. Sus restos reposan en el Cementerio Ortodoxo Griego de Alejandría, junto a los de algunos de sus familiares.

Sobre su tumba se lee, en caracteres griegos:

Constantino P. Cavafis

Poeta

Alejandría, 29 de abril de 1933.

 

      Los siguientes poemas de Kavafis, han sido traducidos de versiones en inglés de los académicos británicos Edmund Keeley, profesor, escritor y traductor de la Universidad de Princeton, y Philip Sherrard, profesor, escritor y traductor del King’s College de Londres.



LO OCULTO - (Hidden Things). (El poema original está grabado en caracteres griegos en un mural de Leiden, Holanda).

No trates de encontrar lo que yo he sido

en todo cuanto hice y cuanto dije.

Un muro vi surgir que transformaba

mi manera de ser y mis vivencias.

Un muro vi surgir que muchas veces

al hablar, silenciaba mis palabras.

Entenderás mi vida solamente

por mis acciones menos observadas

y por lo más secreto de mis versos.

Pero es tal vez inútil el intento,

la atención y el esfuerzo en conocerme.

Después -en sociedad más tolerante-

otro, quizás, tallado a mi medida,

actuará con entera libertad.


ÍTACA – (Ithaka)

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca,

pide que el camino sea largo,

lleno de aventuras,

lleno de descubrimientos.

No temas a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al fiero Poseidón;

no los hallarás en tu camino

si es elevado tu ideal,

si es noble la emoción

que alimenta tu espíritu y tu cuerpo.

Nunca verás lestrigones ni cíclopes

ni a Poseidón,

a menos que los lleves en tu alma,

a menos que tu alma los erija frente a ti.

Pide que tu camino sea largo

que sean muchas las mañanas de verano

en que llegues con placer y alegría

a puertos nunca vistos.

Detente en los mercados de Fenicia

y compra cosas bellas:

madreperla, coral, ámbar, ébano

y toda clase de perfumes sensuales,

tantos perfumes sensuales como puedas.

Ve a muchas ciudades egipcias

y aprende y vuelve a aprender de los sabios.

Ten a Ítaca siempre en tu mente;

llegar allí es tu destino,

pero de ninguna manera apresures el viaje.

Es mejor que sea un viaje largo

y anclar en la isla cuando ya estés viejo,

enriquecido con la experiencia del camino,

sin esperar a que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te ha brindado un viaje maravilloso.

Sin ella nunca lo hubieras emprendido.

Ahora no tiene ya nada que ofrecerte.

Aunque la encuentres pobre,

Ítaca no te ha defraudado.

Entonces, sabio como te has vuelto,

lleno de experiencias,

habrás entendido el significado de las Ítacas.


TUMBA DEL GRAMÁTICO LYSIAS - (Tomb of grammarian Lysias)

En la biblioteca de Beirut, entrando a la derecha,

enterramos al sabio Lysias, el gramático.

El lugar está muy bien escogido.

Lo ubicamos cerca de sus cosas

que aún allá, él tal vez recuerde:

escolios, textos, gramáticas, variantes,

voluminosos estudios de helenismos.

De esta manera, al dirigirnos a los libros,

veremos, y honraremos su tumba.


TUMBA DE EURIÓN - (Tomb of Eurion)

En esta excelsa tumba, toda en piedra sienita,

que cubren tantos lirios y violetas,

reposa el bello Eurión,

un chico alejandrino de veinticinco años.

Por su lado paterno, de antigua estirpe de macedonios;

por línea materna, de familia de magistrados.

En Filosofía fue alumno de Aristóclito

y en Retórica, de Paros.

En Tebas estudió las Sagradas Escrituras.

Escribió una historia de la provincia de Arsínoe.

Por lo menos esto permanecerá.

Pero hemos perdido lo más precioso - su figura,

que era como una visión de Apolo.


PARA AMONIS QUE MURIÓ A SUS 29 AÑOS, EN 610.  - (For Ammonis, who died at 29, in 610)

Rafael, te piden que escribas unos versos

como epitafio para el poeta Amonis:

Algo refinado y de buen gusto. Puedes hacerlo,

eres el indicado para escribir algo así

sobre el poeta Amonis, nuestro Amonis.

Naturalmente hablarás de sus poemas -

pero habla también de su belleza,

de su hermosura sutil que tanto amamos.

Tu griego es siempre elegante y musical.

Pero ahora necesitamos toda tu maestría.

Nuestra pena y nuestro amor pasan a otro idioma.

Vierte tu sentimiento egipcio en el griego que hablas.

Rafael, deberán tus versos escribirse,

para que palpite en ellos nuestra vida,

para que el ritmo y cada frase muestren

que sobre un alejandrino otro alejandrino escribe.


ANTE LA TUMBA DE ENDIMIÓN (Before the statue of Endimion)

He venido desde Mileto hasta Latmos

en un carruaje blanco

tirado por cuatro mulas blancas como la nieve,

con jaeces de plata.

He navegado desde Alejandría en una nave púrpura

para celebrar ritos secretos -

sacrificios y libaciones - en honor de Endimión.

Y aquí ante su estatua, contemplo extasiado

su célebre hermosura.

Mis esclavos han vaciado sus cestas de jazmines

como tributos auspiciosos que reviven los placeres de ayer.


EPITAFIO DE ANTÍOCO, REY DE COMAGENA - (Epitaph of Antiochos, King of Kommagini)

Después del funeral del erudito Antíoco, rey de Comagena,

de vida discreta y apacible,

su hermana, profundamente afligida,

quiso para él un epitafio.

Así, con la opinión de cortesanos sirios,

Calístrato, sofista de Éfeso,

-residente del pequeño Estado de Comagena

y huésped frecuente de la casa real-

lo escribió y se lo envió a la anciana.

“Pueblo de Comagena, celebrad de acuerdo con sus méritos,

la gloria del benemérito rey Antíoco.

Fue un gobernante prudente.

Fue justo, sabio y valiente.

Además, fue lo mejor de todo, Helénico –

la humanidad no tendrá atributo más valioso:

todo lo demás pertenece a los dioses”.


TUMBA DE JASES - (Tomb of Iasis)

Yo, Jases, reposo aquí – el efebo

famoso por su belleza en esta gran ciudad.

Los intelectuales me admiraron,

y también los humildes, el pueblo raso.

Y sentí el mismo afecto por ambos.

Pero, considerado a menudo un Narciso y un Hermes,

los excesos me consumieron, acabaron conmigo.

Caminante, si eres alejandrino, no me juzgarás.

Conoces nuestro ritmo de vida,

su ardor, su sensualidad insuperable.


TUMBA DE LANIS - (Tomb of Lanis)

Marcos, aquel Lanis que amaste no está aquí,

en esta tumba donde vienes a llorar, de pie, largamente.

El Lanis que amaste está cerca de ti,

en tu casa, en tu cuarto, cuando miras su retrato –

ese retrato que aún guarda de él lo más valioso,

lo que más amaste.

¿Recuerdas, Marcos, cuando trajiste

del palacio del Procónsul, al famoso pintor de Kyrenia?

Con qué artística astucia trató de persuadiros,

en el momento de ver a tu amigo,

que definitivamente debía pintarlo como Jacinto.

De esta manera su retrato sería famoso.

Sin embargo, tu Lanis no quiso prestar para eso su belleza:

reaccionó con firmeza, le dijo al pintor

que no quería parecerse a Jacinto, ni a ningún otro,

sino a Lanis, hijo de Rametichos, un alejandrino.


TUMBA DE IGNACIO - (Tomb of Ignatios)

Aquí ya no soy Cleón, famoso en Alejandría

(donde no es fácil brillar)

por mis palacios maravillosos, mis jardines,

por mis caballos y carruajes,

por las joyas y sedas que llevaba.

Ello aparte, aquí no soy aquel Cleón:

sus veintiocho años deben borrarse.

Soy Ignacio, lector, he recobrado el juicio demasiado tarde;

pero, aun así, he vivido feliz durante diez meses

en la paz y la seguridad de Cristo.


MAR DE LA MAÑANA - (Morning sea)

Deja que me detenga aquí.

Deja también que contemple por un momento la naturaleza.

El azul brillante del mar de la mañana, del cielo sin nubes,

el amarillo de la costa; todo hermoso,

todo bañado en luz.

Deja que me quede aquí. Déjame pretender que vea esto

(en realidad lo vi por un minuto cuando me paré por primera vez)

y no, también aquí, mis usuales sueños despierto,

mis recuerdos, aquellas imágenes de placer sensual.


VOCES - (Voices)

(De una versión en inglés de Daniel Mendelsohn).


Voces imaginadas, y también amadas

de aquellos que murieron, o de aquellos que hemos perdido

como si hubieran muerto.


A veces en nuestros sueños aparecen;

a veces la mente las escucha en sus cavilaciones.


Y con su murmullo por un momento vuelven,

ecos del primer poema de nuestra vida -

como música lejana desvaneciéndose en la noche.


CITAS

- Memoria, todo lo que puedas traer de aquel amor, todo lo que puedas, tráelo esta noche. (De Gris).

- He mirado tanto a la belleza que mi vida rebosa de ella.

  (De He mirado tanto).