CAPÍTULO LIX - DENISE LEVERTOV
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CAPÍTULO LIX
DENISE LEVERTOV
Priscilla Denise Levertoff, poetisa, ensayista, cuentista, novelista, traductora y activista política británica, nacionalizada estadounidense.
Ilford, Essex, 24-10-1923; Seattle, USA, 20-12-1997.
Dignidad,
veneración y fortaleza, son palabras que vienen a la mente cuando hablamos de
una de las más respetadas poetas estadounidenses, escribe Amy
Gerstler en su columna de Los Angeles
Times Book Review, sobre Levertov.
Su prolífica carrera literaria refleja no solamente la altura de sus palabras sobre los grandes temas de siempre como el amor, la soledad, la guerra y la vida, sino sus creencias como artista y humanista.
Fue educada en una familia donde su madre leía en voz alta las
grandes obras de ficción del siglo XIX, y ella se deleitaba con los poemas
líricos de Tennyson. Su padre, judío convertido al cristianismo mientras hacía
carrera universitaria en Alemania, era también un prolífico escritor en hebreo,
ruso, alemán e inglés. Creció, pues, rodeada de libros y de gente que hablaba
de ellos en varios idiomas.
Muchos de sus lectores agradecen que no haya tenido una educación
formal, porque creen que ello contribuyó a que su obra sea consistentemente
clara, precisa y accesible.
En algún momento escribió sentirse extrañada por su formación en ambientes judíos, alemanes, franceses e ingleses, sin que se sintiera completamente identificada con ninguno, lo cual la hizo sentirse especial. Probablemente, este hecho influyó en que tampoco creyó sentirse ubicada en ninguna escuela o corriente literaria.
A los cinco años decidió que sería escritora y a los diecisiete
publicó su primer poema en Poetry
Quarterly.
Entre los diecisiete y los veintiuno escribió su primer libro, The Double Image. Fue publicado en 1946
y le valió ser reconocida como una de los poetas del grupo llamado los New Romantics.
Levertov llegó a Estados Unidos en 1948, un año después de
contraer matrimonio con el escritor estadounidense Mitchell Goodman. Se
radicaron en New York, se hizo ciudadana en 1955 y allí empezó a desarrollar el
estilo que la caracterizó como una respetada poeta estadounidense. Tuvieron un
hijo, Nikolai, y se divorciaron en 1975.
En este mismo año publicó Here
and Now, que tuvo inmediato reconocimiento de la crítica y la consagró como
poeta de vanguardia. Era su primera publicación en suelo estadounidense.
Posteriormente aparecieron With Eyes
at the Back of our Heads en 1959, y The Sorrow Dance en 1967. Fue también editora de las revistas The Nation y Mother Jones.
Adicionalmente, Levertov publicó más de veinte volúmenes de
poesía, entre los cuales hay que destacar The
Freeing of the Dust en 1975, con el cual ganó el Premio Nacional de
Poesía Lenore Marshall.
Tradujo varios libros de poesía, entre ellos Black Iris del poeta y novelista francés Jean Joubert.
Entre 1982 y 1993 trabajó como profesora en la Universidad de
Stanford, en cuya Green Library reposa
su principal colección de manuscritos.
Otras colecciones se encuentran en más de una docena de
bibliotecas y universidades de Estados Unidos.
Vivió los últimos diez años de su vida
en Seattle y en este período publicó sucesivamente Poems 1968-1972, Breathing
the Water, A Door in the Hive, Evening Train,
y The Sands of the Well.
Las complicaciones de un linfoma acabaron con su vida a los 74 años, pero escribió poesía casi hasta el último momento. En 1999, cerca de cuarenta de sus últimos poemas fueron publicados póstumamente por la editorial New Directions, en el libro This Great Unknowing: Last Poems. La misma editorial publicó en 2013 una colección de sus poemas: The Collected poems of Denise Levertov.
La Poetry Society of America le otorgó el Shelley
Memorial Award en 1984 y la Robert Frost Medal en 1990.
También fue distinguida con el Premio Lannan, una Beca Guggenheim, una Beca del Instituto Nacional de Arte y una Beca Memorial Catherine Luck.
Sus restos reposan en el Cementerio de Lake View en Seattle.
A sus 60 años, en una entrevista de radio le preguntaron cuál
sería su epitafio, a lo cual respondió: A
veces pienso que mi epitafio debería mencionar mi nombre y las fechas de
nacimiento y muerte. Y luego debería decir:
Sabía cómo curar el hipo.
Y esta era su fórmula: “Mantenga sus oídos completamente cerrados
mientras bebe poco a poco unos sorbos de agua”.
Sin embargo, en su tumba solo se leen su nombre y fechas.
EN LA TUMBA DE DAVID - (At David’s Grave) - Para B. y H. F.
Sí, él está aquí en este
campo abierto, a la luz del sol, entre
los pocos árboles jóvenes sembrados
para modificar los hechos desnudos -
él está aquí, pero sólo
porque estamos aquí.
Cuando nos vayamos, se irá con nosotros
para ser vuestras manos que nunca conocieron
la violencia, vuestros ojos
que deslumbran, vuestras vidas
que a diario alaban la vida
viviéndola, sonriendo.
Nunca estará solo aquí,
nunca hará frío en el campo de las tumbas.
DESESPERACIÓN - (Despair)
Mientras visitábamos la tumba de David
vi muy cerca
a una mujer precipitándose hacia otra tumba,
las manos extendidas, tropezando
en su prisa; luego
cayó sobre la lápida que buscaba
y se tumbó sobre ella, sollozando,
sollozando y gritando ante la tumba.
Vestía con esmero un abrigo claro
y no parecía ni vieja ni joven.
No pude ver su cara, y mis amigos
no parecían advertir su presencia.
Para no afligirlos, no dije nada.
Pero no era una aparición.
Y cuando caminamos en silencio
de regreso al auto
miré furtivamente hacia atrás y la vi levantarse
y guardar calma y empezar a retirarse
lentamente de la tumba.
A diferencia de David, que vive
en nuestras vidas, parecía
que por quienquiera que llorase, vivía
allí, en el césped, bajo la lápida.
Era como si la mujer
creyese que su ser amado la escuchaba,
escuchaba su lamento, observaba
la desnudez de su angustia,
y nada pudiera decir.
LA QUEJA DE ADÁN - (Adam’s Complaint)
Ciertos seres,
no importa qué les des,
aún quieren la luna.
El pan,
la sal,
carne blanca y roja,
y siguen con hambre.
La cama matrimonial
y la cuna,
y siguen con los brazos vacíos.
Les das la tierra,
su propia tierra bajo sus pies,
y aún así se van por los caminos.
Y el agua: les cavas el pozo más profundo,
y todavía no será suficiente
para beber allí la luna.
CITA
- Creo que una
parte importante del talento de un poeta es el instinto de saber cuándo empezar
a escribir el poema.
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