CAPÍTULO XCII - LORD ALFRED TENNYSON

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 CAPÍTULO XCII

LORD ALFRED TENNYSON 

Alfred Tennyson, primer barón Tennyson de Aldworth y Freshwater, poeta británico, ícono de la poesía victoriana.

Somersby, 06-08-1809; Aldworth, Surrey, 06-10-1892.

Era el cuarto de los doce hijos del reverendo George Clayton Tennyson y de su esposa Elizabeth Fytche. Los Tennyson eran una añeja familia de Lincolnshire. El padre fue un hombre de notables inclinaciones poéticas, interesado además en la arquitectura, la música y la pintura.

En 1828, Alfred y su hermano Charles ingresaron al Trinity College de Cambridge, donde ya estudiaba Frederick, el hermano mayor. Allí el poeta conoció a Arthur Hallam, posiblemente la más profunda amistad de su vida, y quien habría de influir de muchas maneras en el carácter y en el trabajo literario de Tennyson.

Era un lector voraz, y con tan solo diecinueve años publicó Poems by Two Brothers su primer libro de poemas, en colaboración con sus hermanos Frederick y Charles.

Los hermanos Tennyson se hicieron muy conocidos en Cambridge, y en 1829 el exclusivo y prestigioso club The Apostles, donde un grupo de intelectuales hablaba de filosofía y literatura entre otros temas, invitó a Alfred a ser parte del mismo.

Más tarde ganó el Chancellor’s Gold Medal con el poema Timbuctoo. En 1830 publicó Poems, Chiefly Lyrical; y ese mismo año Tennyson, Hallam y otros Apostles viajaron a España para unirse a la fallida revolución contra Fernando VII.

En 1831 murió su padre, lo cual incrementó sus problemas económicos. Abandonó Cambridge sin haber obtenido ningún grado y su abuelo tuvo que auxiliar económicamente a la familia.

En 1833, durante una visita a Viena, Hallam, su amigo del alma murió repentinamente.

Fue un golpe duro para Tennyson. Tuvo episodios depresivos, tres de sus hermanos, Edward, Charles y Septimus estaban luchando con enfermedades mentales, y a este panorama gris se sumaba la mala recepción de su obra por parte de la crítica. Sin embargo, fue en este período que escribió algunas de sus obras más características: The Two Voices (cuyo significativo título original era Thoughts of a Suicide), Ulysses, y, probablemente, la primera parte de Morte d’Arthur.

A este período también pertenecen algunos poemas que luego formaron parte de In Memoriam, su celebrado poema homenaje a la muerte de Hallam, considerado su obra maestra.

En 1835 se enamoró profundamente de Rosa Baring, una dama de gran belleza y fortuna, cuyo rechazo le inspiró algunos de sus poemas más dolidos y le recordó su precaria posición social.

En 1836 conoció a Emily Sarah Sellwood, hija de un notario, y el poeta empezó a considerar la idea del matrimonio. Los padres de la novia aceptaron el compromiso, a pesar de las dudas relativas a su falta de medios y de empleo. Sin embargo, la boda no tendría lugar hasta 1850.

En 1842 publicó Poems, en dos volúmenes, el primero con una selección revisada de los volúmenes de 1820 y 1832, y el otro con nuevos poemas, que no fue muy bien recibido. Pero la gran noticia de ese año fue que el primer ministro le concedió una pensión de doscientas libras anuales, que alivió sus preocupaciones financieras.

En 1847 publicó su primer poema de largo aliento, The Princess, una singular fantasía antifeminista.

En 1850 le ofrecieron publicar las elegías sobre Hallam que Tennyson venía escribiendo por años. Aparecieron anónimamente como In Memoriam, tuvieron una gran aceptación de la crítica y del público, le ganaron la amistad de la Reina Victoria, y le ayudaron a lograr su nombramiento, en el mismo año, como Poet Laureate.

In Memoriam es un extenso poema de 131 secciones de longitud variable, con un prólogo y un epílogo. Inspirado por el dolor que Tennyson sintió por la muerte prematura de su amigo Hallam, el poema toca muchos temas intelectuales de la era victoriana mientras el autor busca el significado de la vida y de la muerte, y trata de aceptar su sentido de pérdida. En particular, In Memoriam refleja la lucha por reconciliar la fe religiosa tradicional y la creencia en la inmortalidad con las teorías emergentes de la evolución y la geología moderna. Los versos muestran el desarrollo durante tres años de la aceptación y comprensión de la muerte de su amigo y concluyen con un epílogo, una canción de matrimonio feliz con motivo de la boda de Cecilia, la hermana de Tennyson.

Su lugar como poeta nacional fue confirmado por Ode on the Death of the Duke of Wellington (1852) y el famoso poema The Charge of the Ligth Brigade publicado en 1855 en Maud and Other Poems.

Posteriormente en 1859 apareció Idylls of the King, y en 1864 Enoch Arden.

En 1884 la reina Victoria, gran admiradora de su obra, le concedió el título de Barón.

En 1889, tres años antes de su muerte escribió un poema corto, considerado como uno de sus más bellos y celebrados, Crossing the Bar.

Sir Andrew Clark, su médico de los últimos momentos, escribió:

“Lord Tennyson ha tenido una muerte gloriosamente hermosa. En toda mi experiencia, nunca he presenciado nada más glorioso. No había luces artificiales en la cámara, y todo estaba en la oscuridad, excepto por la luz plateada de la luna en su plenitud. Los suaves rayos de luz cayeron sobre la cama y jugaron con los rasgos del poeta vivo como un halo de Rembrandt”.

Hasta pocas horas antes de su muerte, Tennyson estuvo leyendo el Cymbeline de Shakespeare, que fue depositado en su ataúd.

Sus últimas palabras: ¡Oh, que la prensa me va a tener ahora!

Los restos de Tennyson reposan en la Abadía de Westminster en Londres.

En uno de los monumentos en su honor, se leen tres versos de su poema The Revenge: 

Y un día menos o más

en el mar o en la costa,

moriremos, - ¿importa cuándo?

 

CRUZANDO EL UMBRAL - (Crossing the bar)


Estrella del ocaso y de la noche

que tan callada llegas a buscarme

para que en el umbral no haya pesares

cuando zarpe mi bote.


Dormida al ritmo luce la marea

ebria de los rugidos y la espuma,

sueña con furias de la mar profunda

que a sus antros regresan.


Campana del crepúsculo y la tarde

vendrá después de ti la noche negra

para que en el adiós no haya tristezas

por mi postrer embarque.


En un Tiempo sin horas y un Lugar

en lejanas riberas sin orillas,

encontraré a mi Guía cara a cara

cuando cruce el umbral.


TODO MORIRÁ - (All things will die).


Todo morirá.

Claramente el río azul entrega su corriente

bajo mis ojos;

cálidos y fuertes, los vientos del sur soplan,

sobre los cielos.

Una tras otra, las blancas nubes flotan;

los corazones, en esta mañana de mayo

palpitan llenos de alegría;

sin embargo, todo morirá.

La corriente dejará de fluir;

el viento dejará de soplar;

las nubes dejarán de flotar;

el corazón dejará de latir;

porque todo morirá.


Todo morirá.

Jamás regresará la primavera.

¡Oh, vanidad!

La muerte espera en el umbral.

¡Mira! Todos nuestros amigos abandonan

el vino y los placeres.

Nos llaman – debemos ir.

Yacer abajo, bien abajo,

en la oscuridad donde debemos yacer.

Los coros alegres han callado;

el canto del pájaro

no volverá a oirse,

ni el viento en la colina.


¡Oh, miseria!

¡Oye! La muerte está llamando

mientras hablo,

la mandíbula cae,

las rosadas mejillas palidecen,

las fuertes extremidades flaquean;

el hielo se mezcla con la sangre tibia;

la mirada se vuelve rígida.

Nueve veces ha sonado el toque de difuntos:

Almas felices, adiós.


La vieja tierra

nació,

como todos saben,

hace mucho tiempo.

Y la vieja tierra debe morir.

Dejad entonces que los cálidos vientos soplen,

y las olas azules golpeen la costa;

ni en el atardecer ni en la mañana

habrás de ver

la eternidad.

Todo tuvo un principio.

Nadie regresará.

¡Todo debe morir!


NO VENGAS CUANDO ESTÉ MUERTO - (Come not, when I am dead)


No vengas cuando esté muerto

a derramar tontas lágrimas sobre mi tumba,

a pisotear alrededor de mi cabeza caída,

y a perturbar el polvo infeliz que no salvarías.

Deja que el viento sople y que las aves lloren;

pero tú, ¡vete!


Niña, si fue tu error o tu pecado

poco me importa, todo está maldito:

cásate con quien quieras, que estoy harto del Tiempo,

y quiero descansar.

Pasa, corazón débil, y deja en paz mi sitio de reposo:

¡Vete, vete!


CITAS

- Me dicen que no lea, que no piense; pero bien podrían decirme que no viva. (Cuando tuvo que someterse a un tratamiento para sus problemas nerviosos).

- Es mejor haber amado y perdido que jamás haber amado.

- El conocimiento viene, la sabiduría se queda.

- Adular en la cara y morder por la espalda van siempre juntos.

 


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