CAPÍTULO XCV - HENRY DAVID THOREAU

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 CAPÍTULO XCV

HENRY DAVID THOREAU

 

Poeta, escritor, ensayista, filósofo y activista social estadounidense, muy cercano a los postulados del llamado trascendentalismo.

Concord, Massachusetts, 12-07-1817; id., 06-05-1862.

Nació en el seno de un hogar modesto, se graduó en Harvard en 1837 y regresó a su Concord natal donde hizo amistad con el también poeta, escritor, filósofo y ensayista Ralph Waldo Emerson, amistad que se convirtió en una relación de enriquecimiento espiritual mutuo, hasta la muerte de Thoreau.

Era un decidido admirador y defensor de los estoicos:

No debemos buscar la espiritualidad fuera del tiempo y el espacio, sino en la naturaleza. Los bosques, las montañas y los ríos son la cara visible de lo divino. 

Aunque era un hombre marcado por numerosas y variadas lecturas, la serenidad de su filosofía de vida provenía principalmente de su estrecho contacto con la naturaleza y de su convicción de privilegiar este tipo de vida.

Pionero de la ecología y de la ética ambientalista, consideraba que su auténtico empleo era el de “Inspector de ventiscas y diluvios”.

Sus biógrafos cuentan que Henry se enamoró sólo una vez, a mediados de 1839 cuando tenía veintidós años, de Ellen Deveraux Sewall, hija de un joven ministro. Ellen también tenía inclinaciones literarias y había escrito centenares de cartas a familiares y amigos. Fue un amor desafortunado porque su hermano John también estaba enamorado de Ellen.

Por alguna razón, que algunos atribuyen a generosidad con su hermano y otros a su vocación por la soledad y a la simplicidad espartana de su vida, Henry permitió que John avanzara en la relación con Ellen, a pesar de que en su diario -el de Henry- hay numerosas muestras de tristeza y nostalgia por ella.

En el verano de 1840, John le propuso matrimonio a Ellen. Un año y medio después, murió de un pequeño corte accidental en uno de sus dedos, que le provocó el tétanos.

Henry nunca se casó. Ellen contrajo matrimonio en 1844 con el Reverendo Joseph Osgood.

Musketaquid, el primer libro de Henry Thoreau, se publicó después de un viaje memorable junto a su hermano John por los ríos Concord y Merrimack.

Walden, su obra más conocida, publicada en 1854, fue el resultado de dos años, dos meses y dos días de relativo aislamiento y meditación en una mínima cabaña que construyó alrededor de las costas de Walden Pond, sobre un terreno propiedad de Ralph Waldo Emerson.

Tal vez, el hecho que más influyó en esta decisión fue la increíble muerte de su hermano John, con apenas 26 años.

quería vivir solo, afrontar los hechos fundamentales de la vida y ver si podía aprender lo que tenía que enseñar y no descubrir, a la hora de la muerte, que no había vivido…

Quería vivir profundamente y extraer toda la esencia de la vida; necesitaba vivir de una manera tan intensa y estoica que pudiese hacer a un lado todo lo que no era vida.  (H. D. Thoreau. Walden).

Viajó varias veces a Maine y Cape Cod, y una vez a Quebec, experiencias que plasmó en The Maine Woods, Cape Cod y A Yankee in Canada, donde dejó constancia de sus reflexiones sobre Geografía, Historia y Filosofía.

En su juventud había padecido de tuberculosis y tuvo que luchar con ella durante varios años. En 1860, luego de una caminata nocturna, contrajo una bronquitis que disminuyó aceleradamente su salud. Consciente de la gravedad de su enfermedad, dedicó los dos últimos años de su vida a corregir obras inéditas, revisar manuscritos, escribir cartas y hablar con sus editores para nuevas publicaciones.

Sus familiares y amigos de los últimos días refieren la serenidad con que aceptó su destino final y su muerte cercana, acaecida unas semanas antes de cumplir cuarenta y cinco años.

En algún momento durante sus últimas semanas su tía Luisa le preguntó si estaba en paz con Dios, a lo cual respondió:

No sabía que habíamos peleado. Dejo este mundo sin amargura.

Un viejo amigo que fue a visitarlo la víspera de su muerte, le dijo que antes de llegar había oído cantar a unos petirrojos.

Thoreau, debilitado por la enfermedad y casi sin voz, le contestó:

Este mundo es hermoso, pero pronto veré uno más justo.

¡He amado tanto la naturaleza!

Sus últimas palabras:

Se acerca una buena navegación.

Alce. Indio.

Sus restos reposan en el Cementerio Sleepy Hollow de Concord.

Sobre su tumba solo se leen su nombre y fechas.

El escritor estadounidense Robert D. Richardson Jr., un estudioso apasionado de la vida y obra de Thoreau, publicó en 1986 la biografía Henry Thoreau: A Life of the Mind, traducida al español años después como Henry Thoreau: Biografía de un pensador salvaje.

En el Rincón de los Poetas de la Catedral de San Juan en New York, hay un cenotafio tomado del capítulo 2 de su libro Walden:

Sea vida o muerte, solo anhelamos la realidad.


LA DEMORA DEL POETA - (The Poet’s Delay)

 

En vano veo alzarse la mañana,

en vano observo el brillo de Occidente,

yo, que otros cielos contemplé moroso,

esperando vivir de otra manera.


Rodeado de tantísima riqueza,

tan sólo soy por dentro un hombre pobre,

las aves han cantado su verano,

sin que comience aún mi primavera.


¿Debo esperar el viento del otoño,

obligado a buscar un mejor día,

y no dejar atrás nidos extraños,

hasta que haya en mi canto ecos del bosque?


NIEBLA - (Mist)


Aire de Terranova, nube baja,

brote de manantial, fuente de ríos,

malla de ensueños, paño de rocío,

servilleta extendida por las hadas;

pradera a la deriva de los vientos,

donde florecen mayas y violetas,

y en cuyo cenagoso laberinto

vadea la garza y brama el avetoro.

¡Espíritus de lagos, mares, ríos,

traed sólo fragancias de esas hierbas

sanadoras a estos campos de hombres!



EPITAFIO PARA EL MUNDO - (Epitaphy on the world)


Aquí descansa el cuerpo de éste mundo;

su alma la arrojaron al infierno,

se marchitó su juventud dorada,

se disipó su madurez de plata,

y le llegó por fin su edad de hierro;

ya de nada le sirve que nos cuente

los distintos destinos que ha vivido,

si se levantará o cuándo murió.

Tan solo conocemos que aquí yace.



CITAS


- Tan solo hay cinco o seis hombres en la historia de América, que para mí tienen un significado. Uno de ellos es Thoreau. La razón es obvia: los hombres como Thoreau nunca estuvieron de acuerdo con el sistema de su tiempo. (Henry Miller).


- Lo deseable no es cultivar el respeto por la ley sino por la justicia. 


- Sólo cuando estamos perdidos, comenzamos a encontrarnos. (Walden).



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