CAPÍTULO XXII - STEPHEN CRANE
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CAPÍTULO XXII
STEPHEN CRANE
Novelista, poeta, periodista y cuentista
estadounidense.
Newark, NJ, 01-11-1871; Badenweiler, Alemania, 05-06-1900.
Sus obras tienen el crédito de señalar el
comienzo del llamado Naturalismo
Americano.
Se educó en el Lafayette College de
Easton, Pennsylvania, de donde fue expulsado, y luego en Syracuse University.
Su primera novela Maggie, a Girl of the Streets, financiada y publicada bajo
seudónimo en 1893 por él mismo e inspirada en sus experiencias como reportero
en los barrios bajos de New York, tuvo muy poco éxito.
En septiembre de 1895, su novela The Red Badge of Courage, que había sido
publicada por entregas un año antes, apareció editada como libro y tuvo un
éxito inmediato. Es un relato conmovedor sobre un soldado de la guerra civil
estadounidense, que le mereció reconocimiento internacional y fue llevado a la
pantalla grande en 1951 por el director estadounidense John Huston.
En ese mismo 1895
publicó su primer libro de poesía The
Black Riders and Other Lines, en 1896 George´s Mother y en 1899 War is Kind and Other Poems y The
Monster and Other Poems. Su poesía
significó una renovación interesante del verso libre.
Unos meses antes de su muerte apareció Whilomville Stories, que es tal vez la
más popular de sus obras.
La tuberculosis contraída en 1896 en el
naufragio de un barco que lo llevaba como corresponsal a Cuba y estuvo cuatro
días a la deriva, acabó con su vida en 1900 cuando contaba apenas con 28 años y
había escrito 12 libros. Narró estas
experiencias en The Open Boat and Other Tales.
Sus cenizas reposan en el Cementerio Evergreen de Hillside, New Jersey, bajo una lápida con su nombre y fechas, y apenas dos palabras:
Poeta – Escritor.
En el Rincón de los Poetas de la Catedral de San Juan, en New York, hay un cenotafio que honra su memoria:
Entre más cerca de la vida esté un escritor
más grande será como artista.
POEMA III - (De The black riders and other lines) - (In the desert)
En el desierto
vi una criatura, desnuda, bestial,
inclinada sobre el suelo,
con el corazón entre sus manos,
comiéndolo.
Le pregunté: “¿Está bueno, amigo?”
“Es amargo-amargo,” me respondió;
“Pero me gusta
porque es amargo,
y porque es mi corazón.”
POEMA XXV.- (De The black riders and other lines).
(Behold, the grave of a wicked man)
Ved, la tumba de un malvado,
y cerca, un espíritu severo.
Se acercó una lánguida muchacha con
violetas,
pero el espíritu la tomó del brazo.
“Flores para él, no,” dijo.
La muchacha lloró:
“Ah, yo lo amaba.”
Pero el espíritu, siniestro y ceñudo:
“Flores para él, no.”
Ahora, hay esto --
si el espíritu fue justo,
¿por qué lloró la muchacha?
CITA
- No era conveniente llevar a los hombres a posiciones desesperadas, porque en aquellos momentos todos podían sacar repentinamente dientes y garras.
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