CAPÍTULO XXIV - WILLIAM CULLEN BRYANT
Category:
CAPÍTULO XXIV
WILLIAM CULLEN BRYANT
Poeta,
traductor, periodista, ensayista y crítico estadounidense, llamado “el poeta de
la naturaleza”.
Cummington, Massachusetts, 03-11-1794; New York, NY, 12-06-1878.
Fue editor por 50 años del New York Evening Post.
La crítica ubica su obra en el llamado Naturalismo religioso.
A los trece
años escribió The Embargo, un
poema satírico que pedía la renuncia del presidente Thomas Jefferson. El poema
fue publicado finalmente en un panfleto en 1808.
Con dieciséis
años ingresó al Williams College, pero a causa de las finanzas y con la esperanza de asistir a Yale, se
retiró sin graduarse. No pudiendo ingresar a Yale, estudió derecho en
Worthington y Bridgewater con tutores privados.
A los
diecisiete años se hizo conocer en el mundo literario con su poema Thanatopsis
-del griego Una visión de la muerte-, publicado en The North American Review en 1917.
A los veintiséis años se casó con Frances
Fairchild, la chica para quien había escrito Oh Fairest of the Rural Maids, y
con quien llevó una vida feliz hasta la muerte de ella casi medio siglo
después.
Su carrera poética tomó vuelo cuando la United States Literary Gazette lo invitó
a colaborar en sus páginas.
Sus obras The Fountain and Other Poems, y The
White-Footed Deer and Other Poems, están consideradas entre lo mejor de la
poesía estadunidense.
To a Waterfowl, sigue siendo leída como una extraordinaria expresión de la lírica de su
país.
Junto a su esposa, en 1825 se trasladó a
New York como coeditor del New York Review. En 1827 se convirtió en
editor del Evening Post, y dos años más tarde en editor jefe y
copropietario, hasta su muerte.
El acertado manejo de sus ingresos lo hizo
un hombre pudiente y un mecenas activo de las artes y las letras.
En 1855 fue elegido Miembro de la American
Academy of Arts and Sciences.
En sus últimos años dedicó un tiempo
considerable a las traducciones, entre otras La Ilíada y La Odisea.
En 1910 fue llevado al Hall of Fame for Great Americans.
Murió debido a las complicaciones de una
caída accidental sufrida en Central Park después de participar en una
ceremonia en honor del patriota italiano Giuseppe Mazzini.
Sus cenizas reposan en el Cementerio de
Roslyn en New York.
El epitafio es un breve fragmento de su extenso poema Hymn to Death:
Duerme en su tumba,
el que a mi juventud enseñó el
arte de la poesía,
y en la flor de la vida me ofreció a las musas.
En el cenotafio del
Rincón de los Poetas de la Catedral de San Juan, en New York, se leen los dos
últimos versos de su poema A Forest Hymn:
Aprende a adaptar el orden de
nuestras vidas
al orden maravilloso de tus hechos.
JUNIO - (June)
Contemplaba
el cielo glorioso
y
las verdes montañas circundantes
pensando
que cuando venga a descansar,
a dormir para siempre en este suelo ,
me agradaría que fuera en el Junio florido,
cuando
se oiga la grata melodía de los arroyos
y el
rumor alegre de las arboledas,
y la mano del sepulturero , para cavar mi tumba,
tenga que despertar el césped de la verde y fértil montaña.
Una
celda entre la tumba congelada,
un
ataúd flotando entre aguanieve
cubierto por terrones de hielo,
mientras golpea la tempestad feroz--
¡No! --no pensaré en esto--
El cielo es azul y ligera la brisa,
y la tierra verde bajo los pies
será la tumba húmeda que presione suavemente
contra mi estrecho espacio de reposo.\
Allí,
durante las largas horas del verano
permanecerá la luz dorada,
y las tupidas hierbas jóvenes y las macetas de flores
mantendrán
su belleza.
La
oropéndola construirá y contará
su
cuento de amor junto a mi tumba;
y allí se detendrá
la vaga
mariposa,
la
abeja casera y el colibrí. y se oirán
¿Y si
al mediodía llegan desde la ciudad
alegres
notas,
o
cantos de doncellas bajo la luna,
adornados
con sonrisas de hadas?
¿Y
si, a la luz de la noche,
veo
desde mi terrestre monumento
la
caminata de los amantes?
No
habría paisajes ni sonidos más tristes
que estas amorosas escenas de los alrededores.
Sé que
no volveré a ver
el glorioso espectáculo de las
estaciones,
ni su
luz brillará más para mí,
ni oiré el ritmo de su música
salvaje;
pero si los amigos que amo
vienen
a llorar donde reposo,
quizás
no tengan prisa por irse.
Aires
suaves, música, luz, y capullos
deberían mantenerlos cerca de mi tumba.
Esto
traerá a sus corazones conmovidos
la
esencia de lo que han sido,
y
hablará de aquel que no puede compartir
la
alegría del paisaje,
cuya parte, con toda la pompa que llena
la cadena de las colinas del verano,
es el
verde de su tumba,
y
sus corazones se regocijarán profundamente
para volver a escuchar su voz viviente.
THANATOPSIS - (Thanatopsis)
Para quien el amor a la
naturaleza
es una comunión con sus formas
visibles,
ella habla varios idiomas; para
las horas más felices
tiene una voz alegre, y una
sonrisa
y la elocuencia de la belleza,
y se sumerge en las cavilaciones
más sombrías
con una simpatía apacible y
sanadora
que disimula su aspereza antes de que aparezca.
Cuando los pensamientos de la
última hora amarga
lleguen como una plaga sobre tu
espíritu
y la cara triste de la agonía
severa, y el sudario, y el velo,
y la oscuridad asfixiante, y la
casa estrecha,
te estremezcan y aumenten las
penas en el alma; --
sigue adelante, bajo el cielo
abierto,
escucha las
enseñanzas de la naturaleza,
mientras en los
alrededores, --
desde la tierra y sus aguas, y
desde las profundidades del aire --
llega una voz serena. -Porque en
pocos días,
ya no podrás ver en todo su
curso, el sol que todos están viendo,
ni siquiera en la
tierra fría
donde quedó tu cara
pálida bañada en lágrimas,
ni existirá tu imagen en el abrazo del océano.
La tierra que te alimentó
reclamará lo que has llegado a ser
para que de nuevo en ella te
disuelvas,
y cuando no haya
rastro humano
y hayas rendido la
esencia de tu ser,
te mezclarás para siempre con los
elementos,
para ser un hermano de la roca
insensible, y de la tierra árida,
que el rudo labriego revuelve y
desmorona con su arado.
El roble extenderá sus raíces por
doquiera y atravesará tus cenizas.
Pero el lugar de tu reposo eterno
no será un sitio solitario,
ni podrás desear un lecho más espléndido.
Descansarás con los patriarcas
del mundo infantil,
con los reyes -el poder de la
tierra- los sabios, los buenos,
bellas formas, y videntes
antiguos de cabelleras blancas,
todos en un imponente sepulcro.
La roca de las colinas --fuerte y
antigua como el sol, --
los valles que se extienden en
medio de la quietud meditabunda;
los bosques venerables; los ríos
que avanzan majestuosos,
y el murmullo de los arroyos que
mantienen verdes las praderas;
y, en los alrededores, la vieja
aridez gris y melancólica del mar, --
son sólo las
decoraciones solemnes
de todas las grandes tumbas de los hombres.
El sol dorado, los planetas,
todos los infinitos huéspedes del cielo
brillan sobre las moradas tristes
de la muerte,
mientras avanza el lapso sereno
de los tiempos.
Todo lo que camina sobre el mundo
es sólo un puñado de tribus
que duermen en su seno. -Súbete a
las alas de la mañana,
atraviesa el desierto, o piérdete
en los bosques profundos
donde corre el Oregon, ajeno al
sonido que guarda
sus propias maravillas- Porque
allí están los muertos:
Y millones en esas soledades,
desde que empezó
el primer aleteo de los tiempos,
han descansado
en su último sueño – Allí sólo reinan los muertos.
Así descansarás. ¿Y qué si te
retiras en silencio
del mundo de los vivos y ningún
amigo nota que te fuiste?
Todo lo que respire compartirá tu
destino.
El alegre reirá cuando te hayas
ido,
el solemne atenderá las
preocupaciones,
y cada uno, como antes, cazará su
fantasma favorito;
aunque todos dejarán su alegría y
sus trabajos
y vendrán a compartir lecho contigo.
Y mientras el largo tren de los
años se desliza,
los hijos de los hombres,
los jóvenes en la primavera verde
de la vida,
aquel, que camina con la
fortaleza absoluta de los mejores años,
la matrona y la doncella, el bebé
que aún no habla,
y el hombre de los cabellos
grises,
uno a uno serán llevados a tu
lado
por aquellos que a su vez los seguirán.
Vive pues, que cuando
tus llamados vengan a unirse
a la innumerable
caravana que se mueve por ese reino misterioso
donde cada uno tendrá
su cámara
en los pasillos
silenciosos de la muerte,
no irás, como en la
noche el esclavo del socavón,
tirado en su
calabozo;
sino sostenido y
tranquilizado por una verdad firme,
en la quietud de tu
sepulcro,
como quien se
envuelve entre sus mantas,
y se dispone a descansar para disfrutar los sueños.
CITAS
- Los árboles fueron los primeros templos de Dios.
- La verdad aplastada en la tierra, resucitará.
- Las más bellas de las cosas bellas son las que desaparecen más pronto. La rosa que vive su pequeña hora es más apreciada que una flor esculpida.
- No hay ninguna gloria en una estrella o flor hasta que es vista por un ojo amoroso.
Comments (0)
Publicar un comentario