CAPÍTULO IX - VERA BRITTAIN
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CAPÍTULO IX - VERA BRITTAIN
VERA BRITTAIN
Vera Mary
Brittain, poetisa, escritora, feminista y pacifista británica.
Newcastle-under-Lyme,
Staffordshire, 29-12-1893; Londres, 29-03-1970.
Nació en el seno de una familia acomodada,
propietaria de fábricas de papel. Tuvo una infancia sin sobresaltos, compartida
con su hermano Edward, el compañero más cercano. Desde la edad de trece años
asistió a la escuela Santa Mónica de Kingswood, donde su tía era directora.
Estudió literatura inglesa en el Somerville
College, de la Universidad de Oxford, pero retrasó la obtención de su grado
para trabajar como enfermera voluntaria durante la mayor parte de la Primera
Guerra Mundial. Su novio Roland Leighton, dos de sus amigos más cercanos,
Víctor Richardson y Geoffrey Thurlow, y su hermano, Edward Brittain, murieron
durante la guerra. Las cartas intercambiadas entre ellos están documentadas en
el libro Letters from a Lost Generation.
Al regresar a Oxford después de la guerra,
Vera encontró dificultades para ajustar su vida a la generación de la
posguerra. Fue en esta época que conoció a Winifred Holtby e iniciaron una
amistad que tenía en común sus aspiraciones de ganarse un espacio en la escena
literaria londinense. Esta amistad duró hasta la muerte de Holtby en 1935.
En 1925, Brittain se casó con George
Catlin, un científico político y filósofo. Su hijo, John Brittain-Catlin fue un
pintor, hombre de negocios y autor de la autobiografía Family Quartet, que
apareció en 1987. Su hija Shirley Williams, nacida en 1930, fue ministra del
gabinete laborista y luego demócrata liberal.
La primera novela de Brittain, The Dark Tide se publicó en 1923 y diez
años más tarde apareció su famosa obra Testament
of Youth, libro de memorias que recoge sus experiencias durante la Primera
Guerra Mundial. Siguieron luego Honourable Estate en 1936, Testament of Friendship en 1940
-biografía en homenaje a Winifred Holtby- y Testament
of Experience en 1957.
Vera Brittain basó la mayor parte de sus
novelas en experiencias y personas reales.
En 1937 se unió a Peace Pledge Union, donde
trabajó como voluntaria y viajó alrededor del país recaudando fondos para la
campaña de ayuda alimentaria. Más tarde, se incorporó a la Anglican Pacifist
Fellowship. Su pacifismo destacó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando
comenzó la serie de Letters to Peacelovers.
En 1944 publicó Massacre by Bombing, que
le valió severas críticas por su oposición a los bombardeos aéreos de ciudades
alemanas.
En noviembre de 1966, sufrió una caída en
una calle mal iluminada de Londres, mientras se dirigía a dictar una
conferencia. Al salir, descubrió que se había fracturado el brazo izquierdo y
el dedo meñique de la mano derecha. Estas lesiones le provocaron el comienzo de
un declive físico en el que paulatinamente se volvió más introvertida y padeció
episodios de desorientación. Por esa época, en una entrevista la BBC le
preguntó acerca de sus recuerdos sobre Ronald Leighton, a lo cual respondió:
¿Quién es Ronald?
Vera Brittain nunca se sobrepuso del todo a la muerte de su hermano Edward. Cuando murió en Wimbledon en marzo de 1970 a los 76 años, su testamento establecía que sus cenizas fueran esparcidas en la tumba de Edward en el pueblecito de Asiago perteneciente a la provincia de Vicenza, Italia: “...por cerca de 50 años buena parte de mi corazón ha estado en el cementerio de ese pueblo italiano”.
Su hija Shirley Williams honró esta petición en
septiembre de 1970.
QUIZÁS. Para R. A. L.
(Perhaps. To R.A.L.)
(Para su novio Roland
Aubrey Leighton, poeta y soldado británico, muerto en combate a los 20 años).
Quizás un día el sol
brille de nuevo,
para ver que aún los
cielos son azules,
y de nuevo sentir: no
viví en vano,
aunque ya no te tenga.
Quizás bajo mis pies
los prados de oro
hagan brillar el sol
de primavera,
y halle de mayo los
capullos frescos,
aunque tú ya no
estés.
Quizás será el verano
más brillante
y las rosas serán
otra vez bellas
y un deleite las
siembras del otoño,
aunque no estés allí.
Pero, aunque haya un
placer en cada Tiempo
hay un placer que no
veré de nuevo,
porque desde hace
mucho te ha perdido
mi corazón deshecho.
Ronald Leighton había
nacido en Londres en 1895 y con apenas veinte años murió en combate un día antes
de la Navidad de 1915. Sus cenizas reposan en el cementerio militar de
Louvencourt, Francia. En la parte inferior de la tumba, se lee:
Buenas noches, aunque la vida
y todos emprendan vuelo,
jamás adiós.
A MI HERMANO - (To my brother)
Tus heridas de guerra
para mi corazón son
cicatrices
que fueron recibidas
cuando en el grande y
trágico “espectáculo”
te jugaste del todo
hace dos años.
Y fácilmente al sol
de esta clara mañana
de verano,
se ve el brillo en tu
pecho
del símbolo mayor de
tu coraje,
esa Cruz que ganaste
hace dos años.
Aunque ahora de nuevo
ves volar la metralla,
y escuchas los
cañones, más fuertes cada día,
como los de aquel
julio
hace dos años.
Seguirás siendo el
líder hasta el último avance
persiguiendo enemigos
que atacan desde el aire
como una vez en
Francia
hace dos años.
UNA CITA
- Si la guerra me
perdona la vida, mi único objetivo será inmortalizar en un libro nuestra
historia, la de nuestros amigos.
(Tenía 22 años cuando escribió estas
líneas en una carta a su hermano Edward).
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